En una intemperie a medida.

Que extraña sensación viajar a un país donde, nada más llegar, no puedes conectar con las personas con idioma ni con cultura. Solo tenemos en común ser habitantes de la tierra, sin lazo, sin vínculo. Como si fueras un pariente lejano sin nada que hablar.

Que extraña sensación estar a la intemperie. No me imagino la ruta sin nuestro nexo Pedro Luis de Kokari. ¿Qué haríamos sin esta red de protección? Es cierto que, al final, la fuerza del ser humano te hace superar grandes dificultades, pero solo pensar en ello me produce desasosiego. Aquí estamos delante de nuestra intemperie a medida.

¿Qué pasaría si la vida me obligara a contemplar esta puerta del abismo. Yo, desde mi privilegiado balcón, puedo observar e imaginar cómo serían las cosas si tener que vivirlas. Curioso fantasear con situaciones perdidas y dolorosas desde mi balcón.

Y me gruño a mi mismo por si no habrá que bajar a tomar tierra de una vez…

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