18/7 Conocemos a los becados de Kokari

18/7 Conocemos a los becados de Kokari

Penúltimo día en N’Dali y no podíamos pasar la oportunidad de conocer a las personas jóvenes becadas por la Fundación Kokari. Así que, tras un estupendo desayuno, nos hemos reunido con unas once personas, 9 chicos y 2 chicas, que están teniendo la oportunidad de estudiar gracias a esta fantástica Fundación.

Después de hacerles entrega de material escolar aportado por Ana, generosidad de su cole “CEIP Virrey Morcillo” de Villarrobledo, hemos compartido un ratito de charla. En la misma, a la que ha asistido Teophil como coordinador de Fundación Kokari en Benín, se han presentado, han dicho qué estudian y cuáles son sus expectativas de futuro. Destacar muchas carreras universitarias de económicas e ingeniería agrónoma, aunque también hay una chica de enfermería y uno para ser profesor de español.

La charla ha ido enfocada en positivo aunque la experiencia de uno de los chicos nos ha dejado algo tocados, y es que hemos ido preguntando si trabajaban y tan solo uno ha dicho que sí, pero en una zona “ocupada”, por lo que ha tenido que dejar el trabajo y volver al pueblo.

Hemos conversado acerca de la situación de la mujer aquí, y nos hemos sorprendido de los pasos que se están dando en este país. Nos ha recordado a la frase que Nuria ha dicho esta mañana en el desayuno: “Nada cambia si no cambias nada”. Por suerte los jóvenes están dando un giro y el futuro se torna prometedor.
Las palabras de agradecimiento hacia la Fundación Kokari han inundado gran parte del encuentro. Reconocen que, de no ser por esta buena labor, no hubieran tenido la oportunidad de estudiar. El objetivo de impulsar la formación da su fruto, y un fruto agradecido.

Para terminar, Kike ha propuesto un juego donde cada persona tiene que resumir el encuentro mantenido con una palabra. La primera, aportada por Teophil, ha sido FRATERNIDAD. La última, de Kike, PUENTE. Ya están creados los lazos de fraternidad con este pueblo; ya se ha levantado un puente para abrazar culturas.

Takou

Después de una comida temprana, hemos marchado a Takou. De camino hemos pasado, entre otros, por Nikki, un pueblo enorme (más que N’Dali). Allí el bullicio nos recuerda algo a Cotonou.

La carretera para llegar nos ha vuelto a poner en momentos de tensión, como el otro día. Los grandes agujeros, en la carretera de tierra, llenos de agua han propiciado que Frank se haya tenido que bajar para medir la profundidad y garantizar el paso de la furgoneta. Hemos ido y hemos vuelto… pero el miedo ha estado de nuevo en la garganta como decía el otro día Faustino. Menos mal que el quinteto se lo monta bien y hoy, con sustitución de Pedro por Faustino para la puesta en escena, hemos vuelto hasta versionando canciones que nos han hecho reír y encauzar nuestro miedo.

En Takou hemos vuelto a disfrutar de las danzas, esta vez con el traje típico Taku, con una raja en medio para poder montar a caballo.

Nuevamente nos sorprendemos con las gentes del lugar, las sonrisas, los miedos de los pequeños al ver nuestra “blancura”, los gritos de “bature” a lo lejos…. África y sus gentes. Benín y sus gentes. Todas admirables. Como dijo Oscar Romero, los pobres nos evangelizan.

De vuelta a casa

Llegamos a casa por fin y degustamos otro rico plato de aguacate y tomate. Tras esto, Anna Marie muestra el encargo hecho por Ana: un traje, un “babero” para el cole y varios delantales con telas compradas aquí. Kike también recibe sus dos “baberos” para el colegio. Se los ha hecho el sastre aunque Anna Marie ha forrado los botones. Ha quedado todo absolutamente precioso. Una maravilla.

Y terminamos el día con calor… Las habitaciones, poco aireadas por miedo a que entren los mosquitos, tienen condensada mucha calor. Se está fresquito en el porche, pero irremediablemente habrá que entrar para dormir, no sin antes darnos una ducha con esta fantástica agua que nos tiene la piel estupenda.

Buenas noches!