26/7 El mejor libro estaba por escribirse.

Hoy ha sido un día raro. Esta mañana hemos estado ultimando compras varias para la Fundación Kokari y algún que otro recuerdo. Y es que… nos gustaría llevárnoslo todo, no por lo material, sino por llevar un cachito de África, de Benín a casa. Poner cualquier cosa que, al verla, nos recuerde lo vivido, pensamos que revivirá estos días de una forma más especial.

Sin embargo… es tanto lo vivido, que no hay nada material que pueda resumirlo. Nos quedan las millones de fotografías que hemos echado. Y lejos de las que están en el móvil, las fotografías que están impresas a fuego en nuestras retinas. Esas sí que no se borrarán, porque van directas al alma..

Y es que Nuria, con su característica forma de hablar y sus bromas de todo lo que hemos ido viendo, nos ha contagiado con su risa y su buen humor. Su generosidad y su forma de analizar las “estructuras” me han cautivado. Gracias por haberte embarcado en esta aventura.

Ana.. qué decir de Ana.. Ha sido un redescubrimiento estos últimos días. Descubrimos algo que tenemos en común casi al final de esta aventura: los abrazos. Y así, casi sin darnos cuenta, nos hemos dado un abrazo cada despertar (junto al recordatorio de tomarse la pastilla de Malarone) y un abrazo antes de dormir. Y abrazos espontáneos que nos han ido dando la vida y se han ido intercalando entre risa y risa. Esto ha creado una complicidad y un compartir que quizá nunca pensamos que pudiera darse. Mil gracias por abrirte y dejarte querer.

Pedro Luís.. Al comienzo de esta aventura decíamos de broma que, si a alguien tenía que pasarle algo, que no fuera a él. Y es que ha sido nuestro soporte, nuestra guía, nuestro “pepito grillo”.. Sin él todo hubiera sido más difícil y, seguramente, no hubiera sido.

Y el principio y el fin de todo.. Kike. Qué aventura nos esperaba y nosotros sin saberlo! Es ahora cuando teníamos que cumplir este sueño, porque ahora la vida nos ronda de otra manera, porque ahora nuestras miradas son más serenas, porque ahora sabemos perfectamente qué pensamos y cómo sentimos, porque antes, ahora y siempre llevaremos la risa allá donde vayamos. Porque eres muy tonto y siempre lo serás, y eso me encanta. Sigamos riéndonos por el mundo, porque el mundo está falto de buen humor y porque la risa se contagia y sana el alma.

Este quinteto ha cumplido un sueño, cada uno con un matiz especial, pero como quinteto ha cumplido el sueño de poder compartir y recibir mucho más de lo dado.

Gracias a la Fundación Kokari podemos decir que sabemos un poquito más de África, de sus gentes, de sus edificios oscuros y a medias, de sus avenidas de circulación loca, de sus poblados, de la generosidad del pobre, de la lluvia enfadada, de pequeños que inundan el alma, de mayores de manos abiertas.. Gracias a la Fundación Kokari podemos verificar que es posible apoyar a estas gentes de verdad, con principio y fin, con caras, voces, cantos, lágrimas.., personas de brillante sonrisa por poder cumplir un sueño formativo.

Me traje un libro para leer sin saber que el mejor libro estaba por escribirse.

Millones de gracias por toda la aventura escrita día a día y por todos los personajes que han vivido esta novela hecha carne.

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