El lumbago…
¿Por qué cuando dices tengo lumbago o me duele algo la gente le cuesta tanto acompañarte? Si yo fuera un quejoso lo puedo entender pero si mi esfuerzo y lucha lo llevo de forma discreta, ¿por se distancia tanto la gente?
Cuando expresas una queja o dolor corporal buscas en cierto modo, compasión. La compasión (del latín cumpassio, calco semántico o traducción del vocablo griego συμπάθεια (sympátheia), palabra compuesta de συν + πάσχω = συμπάσχω, literalmente «sufrir juntos», «tratar con emociones …», simpatía) es un sentimiento que se manifiesta desde el contacto y la comprensión del sufrimiento de otro ser.
La gente no despierta su compasión ya que, rápidamente, te diluvian “loquetieneaquehaceres…” Aparecen una retahíla de medidas y acciones que debes incorporar si o si. . “Tienes que ir al fisio”, “tienes que tomarte un inflamatorio”, “date friegas”, “Crema antiinflamatoria”, etc.. igual ya lo has hecho todo. Aunque, si lo miro por el lado “muypositivo” puedo ver que hay una cierta preocupación por mi salud y una empatía superficial que dura lo que ocupa el intercambio de información.
Por otro lado tienes a los/as base de datos trágicos que te cuentan detalladamente los enfermos que conocen con tu misma dolencia o peor. Es una forma torpe de conectar muy sutil y poco validadora de tu propio malestar y dolor. Esta falta de acompañamiento, validación o sostén me hace más daño.
Si miro la situación de una forma compasiva con las demás personas puedo pensar que no sabemos que hacer con dolor del otro/a.
Cuando vemos alguien mal delante parece que nos echamos la responsabilidad de salvarle. Como no podemos me bloqueo, me defiendo, me evado o hago como si no fuera conmigo.
Igual no busca que alguien le salve de su dolor. Seguramente sabrá de nuestra incapacidad para sacarle del infierno.
Igual solo hay que validarle emociones y malestares ya que no puedo aportar más.
Igual solo necesita ser visto/a y, cuando eso pase le podamos preguntar mirándole a los ojos: “En esto, ¿cómo te puedo acompañar?”
Traslada la reflexión a la vida en general. Hay muchas ocasiones en las que no nos están pidiendo soluciones. Puede ser que las personas dolosas de nuestro alrededor solo necesiten ser vistas, validadas o acompañadas.