15/7 Día de parada obligatoria
Hoy sábado, día de lluvia, nos hemos visto obligados a parar nuestro ritmo. Nuevamente la naturaleza marca el tiempo y los pasos a seguir. Aunque el día estaba organizado, hemos tenido que sacar nuestra paciencia y adaptación a escena.
Desde antes de comer ha estado lloviendo y ha durado hasta el principio de la tarde. Lo que puede parecer una mala excusa para no salir, en Benín la lluvia te para o te para. Lluvia torrencial que hace que nuestros relojes inteligentes envíen la alarma de “Ruido excesivo”. Así que hemos puesto en marcha nuestra flexibilidad cognitiva y nos hemos quedado en casa.
En la comida, por supuesto, no han faltado los momentos de risa de este quinteto. No puedo dejar pasar el comentario de Nuria. Cuando nos ve jugando con los niños y niñas, ella dice que se identifica más con adolescentes y mujeres. Mientras hablámos de esto ha dicho “tengo el instinto maternal justo para pasar el día”. Qué genialidad de frase!! Lo que nos hemos reído mientras oíamos la lluvia caer de fondo. Y es que a veces la saturación maternal puede hacer resonar la frase en nuestro cerebro!
La mujer africana
Sin embargo las mujeres de aquí son súper mujeres también para eso. Hacen cualquier tarea con sus hijas a la espalda. Acercan a las bebés a su espalda y éstas se encaraman a la cintura mientras ellas se pasan una primera tela que les sujeta bien el cuello y que anudan por encima de su pecho. La segunda tela termina de recoger a la bebé dejando sus pies al aire y anudándola por debajo del pecho. Esto les permite cocinar, limpiar, lavar y hacer cualquier cosa mientras la bebé observa, duerme o simplemente está pegada a su piel.
Solo hay una pega enorme en este acto, aunque aquí no lo ven así. Los músculos del pecho se rompen por el peso. Aquí eso no es un problema. El pecho de la mujer aquí no ocupa el mismo lugar que en otro lugar del mundo. Aquí sirve para transportar, amamantar… Esta al servicio de lo que se necesite y no al revés. En otros lugares del mundo hay mujeres que no dan el pecho porque éste no “se caiga”. Esto aquí no tendría sentido alguno.
Por la tarde Ana y Pedro han estado arreglando los setos de la casa y yo (Conchi), como no podía ser de otra forma, he estado canturreando y jugando con los niños y niñas. Kike ha empezado a dibujar.
Una vez ha parado la lluvia, se han reactivado las visitas a Teophil. Hasta ahora no he hablado de esto. Creo que ya conté que Teophil está convaleciente con la pierna desde hace algo más de dos meses. Como es algo parecido al alcalde de esta zona, esto es un no parar de gente. Se ha ido a pasar esta convalecencia a una habitación al lado de la nuestra, para que la visita no invada la intimidad familiar. Y el río de personas visitándolo, pidiéndole consejo, orientacion, es tremendo. Y cuando llegan se despliegan LOS SALUDOS. Pero esto merece un párrafo a parte.
Los saludos…
Dependiendo del momento del día, de la persona, del motivo por el que te dirijas y un largo etcétera, el saludo es de una forma u otra. Lo que está claro es que “A buandoo” es un saludo general y que seguido a éste se responde “Alafia” (todo esto escrito tal y como se diría en castellano, claro, porque en Bariba seríamos incapaces de leerlo). Después de estos dos saludos (o de otros según lo dicho), se van respondiendo “oh!”, “oh!”, “oh!”… y “n”, “n”, “n”, “n”… y así hasta el infinito. Bueno no! Hasta el infinito no. Hasta que quien haya empezado a decir “n” vaya bajando el volumen hasta que desaparezca. Eso significa que pueden estar como 30seg cada vez que se cruzan con alguien. Además si ese alguien es anciano o anciana… mucho más!! Es súper bonito ver cómo establecen un baile musical de vocablos y palabras con las mejores intenciones de unas a otras personas.
Faustino
Más tarde, hemos estado conversando un rato con Faustino sobre sus clases y las clases en España. Mientras en España tenemos una ratio de 25, él tiene una clase de unas 70 personas adolescentes. Y nos quejamos en España! Y si hablamos de universidad, se pueden encontrar clases de 1000 personas, si se trata de la carrera de matemáticas o, como es el caso de Faustino, unas 700 para la carrera de filología
Española. Siguen superándonos y nosotros aún pensando en salvarlos…
Y cerramos la noche con risas y más risas. Nos acordamos de “cosas de blanquitos” y reímos sin parar. Nos quedan 4 días en N’Dali y no queremos desperdiciar ni un minuto.
Además, la lluvia nos ha dejado esta noche el regalo del fresquito y, si bien no lo hace en las habitaciones, en el porche estamos realmente en la gloria.
Mañana toca madrugar.
Bee ka yoka
(Buenas noches)