25/7 La ruta de los esclavos y templo Pythom

25/7 La ruta de los esclavos

Hoy toca ir a la ciudad de “Ouidah”, nombre que, según dicen, proviene de “Judea,” como el exilio del pueblo judío.

En la carretera de Cotonou a Ouidah, ya en Ouidah, encontramos la Selva Sagrada donde están los fetiches. No todo el mundo entra. Los fetiches son intermediarios entre el ser humano y la divinidad. Se les adora y se le ofrecen sacrificios.

Nos cuenta Pedro Luis que en un bosque de al lado, por el que pasamos, hace unos años encontraron a una familia entera decapitada, primero a los hijos y después a los padres. No se sabe el por qué, si una ofrenda fetiche o…

Llegamos a la ciudad de Ouidah y vamos al

Templo de la Python.

Aquí la serpiente Python es sagrada. No se puede matar. Si las pillas con el coche, te matan.

En la puerta encontramos un árbol enorme de 600 años. Es el árbol Baobab.

Al entrar encontramos el tronco de otro árbol Baobab de más de 600 años que, aunque este muerto, es un árbol sagrado. La religión Vodun no tiene fetiches.

El 11 de enero se hace sacrificio y se le ofrece al jefe DEH AGBOTAGBATO la cabeza. La sangre y el agua se echan a los pies del árbol sagrado como representación de la unión entre el Vodun y la tierra.

Un poco más adelante nos encontramos una choza, monumento a la divinidad de la Python. Las mujeres con la regla no pueden entrar por considerarse impuras. Solo los adeptos a la religión pueden entrar.

En aquel lugar, solo se puede rezar para bien. Si deseas el mal a alguien se vuelve hacia ti.

En esa misma “plaza” está la Choza de la Purificación, donde puedes ir si has cometido algún error. A su lado se encuentra la Choza de la protección.

Delante hay una vasija boca abajo de hace 200 años. Cada 7 años se le da la vuelta y se buscan muchas chicas vírgenes que traen agua pata purificar todo este lugar. El agua restante la vuelven a llevar al mar. Como hay pocas mujeres virgenes hoy en día, se adaptan a la actualidad y se escogen las que mujeres que tienen la menopausia.

La casa central es la “Casa granero” de 1992 donde están las Python reposando. Las Python viven entre 40-50 años. Tienen un cementerio para ellas, sagrado, donde entran solo los pertenecientes a la religión. Vodun significa compartir, vida en común.

Antes de entrar, nos ofrecen tener una en nuestro cuello. Vamos haciéndolo persona a persona intentando mostrar la mayor valentía posible. Aunque no tienen colmillos ni veneno, la impresión de tenerla al cuello mientras se desliza hace que, al menos yo (Conchi) quede paralizada. Kike es más valiente y le coge la cabeza.

Para entrar a ver a las Python tenemos que purificarnos con una hoja isopo metida en agua del Pozo y descalzarnos. Para purificarse entero son 9 hojas para los hombres (nº costillas hombre) y 7 para mujeres (nº costillas mujer). Se lavan y se purifican. Dentro hay dos vasijas con agua sagrada para que beban. Ahí se pueden hacer oraciones (siempre para hacer el bien). Vemos a un montón de Python que, estando unas encima de otras, se dan calor.

Salimos y el hombre que nos ha enseñado aquello nos ha dicho cómo, desde allí, se ve la catedral, signo de cohabitación pacífica de las dos religiones.

En esta ciudad se encuentra la primera iglesia (ahora Basílica-catedral) de Benin, que es la que vemos enfrente del Templo de las Python. Aquí llegaron los primeros misioneros de Europa, en 1856, de la sociedad de misiones africanas. Se instalan en el puerto portugués, construcción de finales del XIX.

Desde esta ciudad salieron los esclavos para América. Dicen que millones de ellos hicieron la “ruta de los esclavos”.
Los primeros niños esclavos liberados vinieron aquí por los misioneros. El padre Borguero siguió denunciando, una vez abolida la esclavitud, a la trata de esclavos que seguía haciéndose.

A está ciudad también volvieron muchos esclavos cuando fueron liberados de Brasil y Venezuela.

En sus calles encontramos el tronco de un enorme árbol muerto tallado como símbolo de la esclavitud.

Vamos con el coche por la ruta de los esclavos donde al fondo se encuentra la “playa de los esclavos”. Se dice que capturaban a los hombres y mujeres y no debían saber de dónde venían ni a donde iban. Para ello, hacían una fosa en torno a las raíces de un árbol. Al meterlos, les daban una pócima para que perdieran la memoria. Les hacían dar varias vueltas según las manillas del reloj y otras a la inversa para perder la orientación. Con los ojos tapados durante unos días y con tan solo con maíz y agua en total oscuridad. Al salir iban a la orilla del mar, a una casa donde los vendían. Pasaban las piraguas con los negreros, veían “la mercancía” y los compraban”. Ellos solo veían a través de las ventanas el mar, sin recordar nada ni saber nada.

Millones y millones de personas fueron esclavizadas. Una vez abolida la esclavitud, los pasaban por las marismas, también vistas desde la carretera, donde se escondía el padre Borguero para denunciar este hecho.

Pasamos a la playa y nos encontramos con varios monumentos. LA UNESCO declaró toda la ruta de los esclavos como monumento de interés internacional y el reconocimiento del Vodun como religión.

Volvemos a casa y dejamos la tarde para reposar todo lo visto y aprendido, intentando desaprender tanto dolor creado Sl ser humano.
Da igual donde te encuentres. La inquisición, el nazismo, los esclavos… el ser humano tiene ese “pequeño defecto” de crear dolor a otros seres humanos, de matar y “disfrutar” con ello.

Confiemos en que el “desaprendizaje” vaya calando bien dentro.

Mañana es nuestro último día aquí…

Buenas noches. Un kua sia.